Reseña:
Lecturas de ficción contemporánea.
Javier
Aparicio Mayde
El
autor plantea mostrar una recopilación de algunas críticas de ciencia ficción,
en donde los parámetros de clasificación, son las posibles semejanzas estéticas
y narratológicas partiendo de las vanguardias del siglo XX hasta mediados del mismo siglo. Por lo que
clarifica que no existe una frontera clara entre vanguardia y posmodernidad y
la crítica está muy lejos de alcanzar un acuerdo. Sin embargo, el lector podrá
reconocer el proceso en el oficio de escribir y de tomar conciencia del
material del cual están compuestas dichas obras, además de reconocer el
panorama y el contexto en el que están inmersas.
La ficción posmoderna se libera de las vanguardias, a tal punto que el autor
plantea el ejemplo en el cual la modernidad da la impresión de lanzarse a
cabareteras y rompe con todo compromiso y fidelidad. Se
enmarca entonces la posmodernidad entre 1960 Y 1995, época que señala el
advenimiento de la sociedad y cultura de masas, definida como híbrida,
consumista y escéptica según lo explica el autor, que define el arte como una
ironía. Los textos entonces se presentan de manera autoconsciente y en la
vanguardia se muestra una cultura elitista
que va dirigida especialmente a un público de clase media .
El
discurso posmoderno que hace parte de
una industrialización, un cambio de valores en lo artístico y la relativización
en la literatura, permiten que la ficción privilegie la
posibilidad por encima de la verosimilitud; sin embargo, la ficción posmodernista
colinda con los abusos del capitalismo y el pensamiento liberal por lo que se
entiende que busca dar respuesta a un público desorientado. Se
manifiesta su rechazo del realismo
burgués, un rechazo a la mimesis, por lo que es capaz de combinar
diferentes elementos, mezcla entre ironía y autorreferencialidad, pero sin seguir
la línea de lo tradicional tanto en el narrador como en los personajes.
La novela exige un lector crítico, y se divide en diferentes categorías:
narración lírica, narración filosófica,
el pastiche fantástico o la crónica autobiográfica o de viajes. La unificación ya no es posible, esto
como producto del cambio ideológico y un pensamiento totalizante. De
esta forma la novela está perdiendo entidad, de manera que admite cualquier contenido
literario. Motivo por el cual el autor realiza la acotación de Borges en una
conferencia de Harvard, donde señalaba que la novela estaba fracasando. Por lo
que se plantean seis propuestas: Multiplicidades, bifurcaciones,
fragmentaciones, posibilidades, conjeturas, síntomas de hastío o de desgana narrativa
entre otras, lo que requiere de un lector modelo capaz de
decodificar .
La
ficción se convierte entonces en ambigua e
isotópica y el lector cumple la función de llenar los huecos y da un proceso de
significación de acuerdo a la motivación que presente referente al texto, de
tal forma que el lector viene construyendo su propia ficción.
En un
metarrelato por ejemplo la intención depende de la capacidad narrativa del lector. Además dentro de la ficción
posmoderna los lectores pasan disfrazados de personajes, tramposos, que cuentan
una historia.
Los guerrilleros de la
vanguardia histórica ya forzaron las cajas que
guardaban las leyes de la Ficción con mayúscula cuando saquearon
sin escrúpulos la ordenada biblioteca
del realismo tradicional (cambiaron el
orden de las frases de Dickens, desfiguraron las historias
de Balzac fragmentándolas, diluyeron los
personajes de Tolstoi convirtiéndolos en símbolos, objetos inanimados o trasuntos
angustiados e irracionales del propio autor), y la actitud de los autores
adscritos a lo que se ha dado
en llamar postmodernidad ha consistido
en rescatar, restaurar, reciclar o transformar[1]
Los
maestros decimonónicos pensaban que los escritores determinaban en cierta forma
la manera en que se percibía la realidad, una realidad que es aclarada a través
de las obras literarias, pero dicha
claridad solo depende del lector, quien
debe buscar encontrar el tejido textual de la historia y su contexto,
dentro de los parámetros de lo consiente.
Finalmente
se puede concluir que dentro del proceso posmodernidad, la subjetividad,
resignificación y papel del lector se convierte en un eje de vital importancia,
ya que cambia su rol dentro de un
sistema que pasó de una visión
totalizante, a un individualismo frenético, que deviene una metamorfosis tanto
en la literatura como en los diferentes elementos que hacen parte de la
cultura. Por ende, mas que definir, hay que interpretar e interiorizar cuál es
el papel de cada uno de los géneros y la visión de individuo y mundo que surgen
con el pasar de los conflictos y problemáticas, que en ultimas, se convierten
en el material que emplean, aunque, en
la posmodernidad la visión de realidad cambie de una manera radical.
Bibliografía:
Aparicio, J. (2008). lecturas de ficción
contemporánea. Madrid: Cátedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario