domingo, 12 de febrero de 2012

Pedro José Vargas Manrique











Reseña: Consideraciones sobre el dialogismo en la desesperanza de José Donoso por
Pedro José Vargas Manrique

El autor busca dar razón de cómo se hace evidente el dialogismo en la novela desesperanza en José Donoso y cuál es la estructura interna y externa que allí se maneja a la luz  referente de diferente teóricos, quienes la  reconocen  como una obra pluriestilística, plurilingüística y plurivocal.
En este orden de ideas,  Bajtin explica como en la novela  la desesperanza,   los estilos y las voces de los personajes y del narrador trascienden no solo en el contenido sino en la realidad empírica a través de un diálogo inacabado donde se vislumbra los principios de la razón y la equidad en una practica social. Dicho  pluraestilismo, muestra la polifonía de diferentes narradores, quienes actualizan, tiempos, espacios y fragmentos de la vida de los personajes. Un monólogo interno narrativizado es una de las expresiones máximas de este dialogismo, es una de las clases más destacadas que aparecen en el texto, como manifestación del estilo indirecto libre; en esta forma estilística se fusionan la voz y la ideología del narrador con las del personaje.


Rimmon Kenan, B. Mchale  y Genette establecen tres tipos de discursos: Discurso Narrativizado, Discurso Transpuesto y Discurso Reportado. Siendo el primero muy poco utilizado en la obra y el transpuesto el que la caracteriza en algunos apartados, ya que  señala la mimesis entre el narrador y los personajes. Sin embargo:

El Discurso Reportado con los estilos directo y directo libre, crea la mimesis lingüística verdadera en esta novela. La palabra del narrador está oculta y se manifiesta como entorno de los hechos verbales de los personajes. El dialogismo se orienta a la práctica social e ideológica de los personajes estando el narrador y el autor, como testigos neutrales ante las oposiciones éticas y cognoscitivas. Viendo cómo cada uno de los personajes se debate en un mundo  desesperanzador, marcado por múltiples vicios políticos, ideológicos y religiosos; pero que de vez en cuando escuchan en los ecos de sus conciencias la voz de la esperanza, la voz de la verdad
El espacio se construye dos espacios que se contraponen, el que representa el espacio real y  el que es producto de lo imaginario, cada uno de ellos va directamente relacionado con el pensamiento de la época. El espacio imaginario representa al mundo de la esperanza, y a su vez el espacio real,  la falsedad política e ideológica que allí se enmarcan. Cada uno de ellos esta diseñado con el propósito de que el lector pueda comprender la importancia sígnica que cada uno de ellos representa. La causa de un sinnúmero de sentimientos que agobian a los personajes.


El plurilingüísmo se manifiesta  en la actualización de voces del pasado, las palabras de los personajes actualizan y evocan esos enunciados a través de los monólogos, especialmente en los monólogos dramáticos, para dar distintos puntos de vista en torno a una verdad. Además de centrase en lo lingüístico, oso de extranjerismos, de diferentes códigos, que dependen de su nivel social y cultural.

La pluralidad de voces se da en la caracterización y representación ideológica de cada uno de los personajes, cada uno buscando alcanzar un ideal  de hombre y tal vez de equidad dentro de un orden social. Sin embargo el dialogismo a lo largo de la obra no es más que el producto de la burla y la ironía enmarcadas en una variedad de tiempos y espacios.


MANRIQUE. Pedro José. Consideraciones sobre el dialogismo en la desesperanza de José Donoso. Revista Islas. Nro.138. Bogotá. Pág. 95

sábado, 11 de febrero de 2012

Oscar Castro Garcia






RESEÑA: MANUAL DE TEORÍA LITERARIA

Oscar Castro García y Consuelo Posada Giraldo



Los autores presentan cada uno de los elementos que hacen parte de la semántica y la importancia de la misma en la interpretación que se aplican a diferentes cuentos, novelas entre otros. De esta forma inicia con el concepto y su relación con la lingüística, teniendo como referente la lengua como conjunto completo de códigos; además de la mirada desde la cultura, el escritor, el lector y la obra misma.


Para introducir la historicidad de la semiótica, los autores señalan a Ferdinand de Saussure, quien  incluye la semántica y su conformación  dentro de su libro de lingüística, ya que  para él,  los signos hacen parte de la vida social del individuo, lo que indica que el lenguaje dentro de la lingüística se convierta en el eje de dos disciplinas, Sin embargo,  se encuentra antecedido por charles Sanders, quien reconoce la importancia de analizar las diferentes ramas a  partir de la semiótica.


De esta forma, se profundiza en la idea de semiótica como parte del  desarrollo  de una cultura, que a su vez, esta  impregnada de signos que comunican, trascienden, significan y manifiestan un acuerdo que es aceptado por un colectivo; Umberto Eco, caracterizó los diferentes elementos que hacen parte de este proceso, no como un lenguaje  tradicional, sino como  una reunión de gestos, posiciones, expresiones cargadas de significado. Aunque Roland Barthes, en la semiología francesa, depone la semiótica dentro de la lingüística porque todo sistema de signos debe pasar por la lengua para ser explicados. Sin embargo el propósito se verá focalizado no dentro del proceso mismo, sino dentro del análisis de los textos literarios.


Semiótica y lectura literaria

¿Cómo se analiza entonces el texto literario?  Las primeras teorías buscaron configurar el significado a partir de factores externos y luego en elementos particulares e internos, ligados según ellos de manera directa con el autor. No obstante, en la actualidad se busca la decodificación del texto a partir de una interrelación entre el autor, la obra y el lector como interprete de los códigos, porque al centrarse en uno  de ellos según los críticos, existe un análisis errado dentro de este sumario exegético. Por lo que Roland Barthes habla de lo plural del texto, en cuanto a la libertad que posee el individuo de encontrar el significado desde diferentes motivaciones y bajo una lectura abierta.


Papel del lector en la significación de la obra


Para los teóricos la obra comienza a existir solo cuando es leída, de manera que  el lector activa el contenido del texto, lo que no indica que sea un ente pasivo dentro de su observación y análisis, sino que al contrario busque crear referentes significativos en relación a nivel lingüístico y cultural sin alterar o cambiar el sentido de la obra.

Umberto Eco, reconoce dentro del texto ciertas suposiciones, en la medida en que se entiende que el texto parte de la idea de que existe otro, un lector competente que se encuentre en la capacidad de  cooperar en la actualización textual y de moverse interpretativamente como él lo hizo. De modo que el lector debe poseer también una serie de conocimientos que permitan la comunicación literaria.


Hacia una sociología de la lectura


En la lectura individual, no se debe buscar un estudio procesual limitante, en donde  no intervienen otros factores que favorezcan la significación de una obra, el lector hace parte de un tiempo y un espacio por lo que por  contrario dicho destinatario  depende también del sistema cultural al que pertenezca.


Por lo anterior se debe entender también, que tanto en lector como el autor, están inmersos en una sociedad que comunica,  de manera que el escritor se convierte en  portador de un discurso social de su tiempo y su grupo parte de una sociedad. Lo que se convierte entonces, en una especie de herencia, en donde ambos actores dan razón de una obra que no está aislada, sino que presenta un discurso que debe ser decodificado y comprendido desde diferentes patrones, cabe aclarar, que no modifiquen la obra bajo intereses personales.


Aspectos particulares de la lectura


En la introducción se muestra una preocupación entre la lectura y el lector; entre la lectura oral y escrita, además de  sus implicaciones en el análisis de la obra literaria.


El texto presenta el mismo código entre  la obra y receptor, por lo que entra en un solo sistema semiológico, la lengua. Sin embargo estas condiciones, restringirían el análisis del texto literario; en un comienzo se creaba con el propósito de ser oído y descifrada a través de lectores que descubrieran su significado, esto llevaba a la necesidad de partir de la idea de una auditorio, un destinatario que recobrara y multiplicara la mirada de quien hablaba, creaba para otro. Pero la noción de lo oral a lo escrito, desdibujo la imagen de un receptor, un ser palpable. Por lo que hablar de la lengua, seria entender que la obra se analiza simplemente desde una visión lingüística, desde un horizonte en el que a través de la un sistema de signos se recrean secuencias sintácticas que transmiten un mensaje, muy diferente  de comprender la esencia de las obras miradas no solo desde su forma sino desde su fondo.


Modelo de análisis textual


En un análisis estructural, se busca establecer un patrón de distinción para los diferentes tipos de textos, pero en  el análisis literario se hace un estudio de manera específica, dicha diferenciación no surge en lo estructural sino en lo semántico, lo que conlleva a que el lector caracterice los textos a partir de la relación de significación entre sociedad, historia e intertextualidad. En dicho análisis Barthes propone:


1.      Dividir el texto en lexías, segmentos en los cuales el lector encuentra una distribución de los sentidos.

2.      Buscar en cada lexía las connotaciones y los sentidos segundos.

3.      Analizar en cámara lenta.

4.      Consignar los sentidos encontrados.


Los códigos


Los significantes que encuentra el lector y la manera como se produjeron constituyen los códigos, según Barthes los códigos que existen son: los códigos culturales (científico, retórico y literario); código de la comunicación (proceso de lectura entre narrador. Lector); código simbólico (evocación mediática o inmediata de los sentidos); código de las acciones (abarca acciones y secuencias) y código hermenéutico (interpretación de los códigos del lector frente al texto).


De esta forma los autores concluyen con un análisis de “el retrato oval” de Edgar Allan Poe.

domingo, 5 de febrero de 2012

Marcel Pagnini



Reseña:
 Tomado de: Estructura literaria y método crítico. Marcel Pagnini. Madrid.
Cátedra, 1992. Traducción de Carlos Mazo de Castillo. Pp.100-111

Marcel Pagnini busca explicar el panorama de la narrativa y sus principales elementos estructurales.

Historia y discurso:

Desde la perspectiva de Todorov, la autora busca señalar las diferencias entre historia, sucesos que se han de narrar; y discurso, la forma en que son narrados dichos acontecimientos de una manera secuencial. Es entonces cuando la figura de narrador cambia en la medida en que interrumpe la narración  y esto lleva consigo una deformación  de la cadena discursiva. Dicho cambio se define como alternancia (Sucesión de forma recíproca y repetida de hechos); o inserción (Introducción de una cosa en otra).
Es entonces cuando el valor estético de la narración depende del  autor, quien dispone de los personajes y las acciones de manera diferente y  dichas velocidades crean un ritmo al que se le conoce como suspenso. Y en segunda instancia, señala que existe una relación directa entre el personaje y narrador, dependiendo  en el lugar en que se encuentre: Protagonista, testigo u omnisciente.

¿Cuál es el ideal dramático?

Técnica en la cuál no aparece el narrador  y se confía todo a los personajes, lo que da una apariencia de objetividad y esto se conoce como ideal dramático. Dicho recurso ha sido empleado por los escritores del siglo XX, en donde más que poder clasificarse existe una abstracta voz moral, pero que en últimas  tampoco corresponde al narrador omnisciente.

El narrador

Dentro de narrativa existen dos elementos emisor y receptor, los cuales  muestran una relación, en la medida en que  los personajes se convierten en la proyección de  dramática de un escritor  que domina frente a las acciones y los personajes y en ocasiones genera un aislamiento entre el narrador y los actantes.

Clases de narrativa.

Desde Frye se reconocen cuatro formas de narrativa: Novel, novela de menos extensión;  romance, construye figuras estilizadas tendientes al tipo sicológico y fuera de un marco social existente;  confession, autobiografía aunque no del narrador en donde los personajes  se confiesan; y anatomy, es una visión intelectual del mundo  y violenta la lógica de la narrativa.

De esta forma se concluye la mirada de la autora en relación con la estructura de la novela y el texto narrativo.

sábado, 4 de febrero de 2012

Maria Eugenia Contursi y Fabiola Ferro








RESEÑA: LA NARRACIÓN: USOS Y TEORÍAS

 María Eugenia Contursi y Fabiola Ferro

En el libro Usos y teorías  de  María Eugenia Contursi y Fabiola Ferro presenta de manera general un estudio acerca de la narración y las distintas teorias que se tejen entorno a ello. “No todas las categorías acuerdan a la hora de catalogar un discurso o texto como narrativo; tampoco coinciden  siempre las clasificaciones habituales  que hacen los sujetos sobre ella.”[1] Por lo que a partir de la narratología se busca reconocer cuáles son los diferentes elementos que aparecen dentro de dicha cultura. De esta forma se afirma que la narración desde una visión estructuralista cumple con algunas condiciones: Presenta una forma material que supone el uso de un lenguaje, está ligada a una noción de tiempo que transcurre, avanza y necesita de actores que produzcan cambios. Lo que implica que no se reconoce una figura perfecta e inacabada del texto narrativo, pero si permite tener un referente de estudio y a su vez de construcción u organización dentro de un canon abundante de obras literarias.

El tiempo  y las acciones, se pueden reconocer dentro del marco de la ocasión, el aprovechamiento o no de un momento en la obra literaria. Lo que determina que  si la narración se conoce como discurso construido sobre una línea temporal, hay que determinar cuál es el actor que aparece dentro de dicho tiempo. Y es por esta razón que si en diferentes culturas el tiempo es percibido de una forma diferente así lo es la narración  y se desmiente entonces,  la idea de que el relato es una construcción internacional, transcultural  y unificada. De esta forma se afirma, que el hombre a lo largo de la historia ha necesitado una noción de temporalidad, la cual se puede separar en dos formas básicas, una es el tiempo propio de los proceso de conocimiento y el tiempo instrumental que presenta una variación desde el desarrollo del capitalismo industrial, idea que parece fundamentarse en el momento en que hay apertura a una supuesta “modernización”. Sin embargo el problema se acentúa en el siglo XX en donde se hace un intento por explicar los elementos de la narración.

Así se han construido diversas teorías que intentan analizar aspectos disímiles como son los procedimientos verbales  que en una determinada lengua se utilizan para narrar, los aspectos socio cognitivos que posibilitan la producción y la recepción de la narración, la relación entre  objeto de la narración la construcción lingüística; los usos sociales de la narración; la narración literaria; la narración en la vida cotidiana, etc.De esta forma las autoras proponen presentar unas teorías de la segunda mitad del siglo XX que determinan como “Procedimientos textuales”  y en segunda instancia explican lo que se clasifica como discurso narrativo.

Teorías de la narración.

La lingüística  toma a la narrativa como objeto de estudio, en la medida en que representaba la forma distintiva del texto. La gramática textual y los estructuralistas, manifestaron su interés por el análisis de la forma de los textos por encima de su contenido (distribución de la información, progresión temática, relaciones internas entre otros.) El objeto de estudio es la lengua dentro de un sistema formal y relacional.  No obstante la lingüística supera los límites y en los años 60  nace la pragmática del texto,   lo que permite un  cambio circunstancial en la concepción de texto como producto de una construcción formal y se llega a reconocer la relación entre  lenguaje  y contexto. De la misma forma que se realiza un intento por establecer tipologías textuales que establecieran patrones e clasificación. De igual manera se da dentro  en  Francia una corriente denominada el análisis del discurso que centro su atención en la producción social del sentido. Estos avances, permitieron entender que  el discurso implica un evento comunicativo en donde aparecen diferentes elementos (narrador-narrativo, enunciador- enunciatario) por lo que del tema del que se hable interviene en la forma y el contenido de las producciones lingüísticas.

Estas producciones determinan a su vez la creación de géneros  discursivos  que cada esfera del uso de la lengua elabora  y responde a las diferentes posibilidades de la praxis humana, condicionados  a una dimensión social e histórica. Por lo anterior se establece una línea entre lo que se conoce como tipos de textos y clases textuales,   la segunda conocida como  el conocimiento de una comunidad de las estructuras sociales  que manejan en su cotidianidad.

Estructuras narrativas. Las autoras proponen un estudio  del enfoque de las teorías textuales al estudio de la narración  a través de diferentes autores.Es así como parte de E. Werlich quien señala que la coherencia de los textos está determinada por los lazos referenciales de los elementos textuales. Señala que las bases textuales  representan bases temáticas que introducen y a su vez se sustentan con una serie de secuencias  que caracterizan cinco tipos de texto: descriptivo, narrativo, instruccional, argumentativo y expositivo. Por lo que el inicio  de un texto señala una seria denotativa de cambios y acciones en el texto, tipología que nace por lo tanto en la gramática textual.

Por su parte, Jean Michel Adam, define el texto como una estructura compuesta de secuencias y trabaja sobre los planos de organización textual, en el cual  señala que existe un número de proposiciones elementales  que se denominan secuencias prototípicas, de manera que se organizan en una red relacional jerárquica que se articulan  y al formar las secuencias prototípicas se habla de una narración, descripción, combinación, diálogo y argumentación. Lo cual se esquematizaría a partir de una situación inicial, una complicación, reacción, resolución, situación final y moraleja. A su vez dichas secuencias son caracterizadas como herramientas  cognitivas y comunicativas.

Teun Van Dijk, plantea la noción de superestructura como herramienta que permite  la clasificación de sus textos a partir de su construcción y n o solo su función cognitiva y social, de esta forma se reconoce el orden global de las partes del texto (esquema abstracto) al cual se adapta el texto. Dichos esquemas pueden ser entendidos por cualquier persona  que  maneje el mismo código, y  se pueden manifestar en diferentes sistemas semióticos.  De esta forma Van Dijk reconoce que el texto narrativo debe poseer como punto de partido un suceso o acción  que respondan a un interés  específico.

La superestructura narrativa,  parte de una complicación y una resolución que constituyen el eje del texto narrativo, dichos sucesos acaecen dentro de un marco, que junto con el suceso forma un episodio, y esta unión de episodios constituyen lo que recibe el nombre de trama; al conjunto de trama y evaluación se le conoce como historia., algunas de ellas con moraleja. Robert  Longacre y Stephen Levinsohn exponen una clasificación  a partir de dos parámetros, encadenamiento cronológico y orientación hacia el agente, lo que permite vislumbrar cuatro formas de discurso: narrativo, procedural, de conducta y expositivo. Dicha narración presenta una proyección (situación o acción que es contemplada o anticipada) y tensión (manera objetiva de presentar diferentes puntos de vista)

Este panorama a la luz de estos cuatro autores, señala cuál fue el estudio de la narrativa y de los diferentes tipos de textos que surgieron no solo bajo un estudio desde la lingüística sino de la pragmática, de la intención comunicativa y funcionalidad del texto.

II. El discurso narrativo. Este análisis surge de las relaciones existentes entre texto y contexto. De manera que se puede abordar desde enfoques textuales como la fábula, la cual nace de un momento  inicial hacia un momento final en donde la trama se construye a partir de prolepsis (Adelanto repentino en la historia) y analepsis (alteración de la secuencia cronológica y traslado de acciones al pasado). De manera que “la fábula es la sustancia del contenido y el discurso narrativo  es la expresión de trama y fábula”[2] De manera que para Eco, el discurso narrativo emplea la  dilación (retraso de algo por un tiempo o relatividad en el mismo) para explicar que existen dentro del texto narrativo tres tiempos diferentes, el de la fábula, el discurso y la lectura. La otra técnica se conoce como hipotiposis (descripción emotiva) se dilata el tiempo del  discurso y la lectura en relación con el de la fábula.

El contraste entre realismo y ficción, o narrativa natural y artificial, donde una relata sucesos reales y la otra presupone que dice la verdad, pero al final de cuentas es contado como un ejercicio terapéutico, en el que el individuo reconoce sus orígenes y explora en una realidad que no existe. Lo anterior, da paso a que las autoras expliquen  el contraste entre relato y discurso; autor, narrador, narratario y lector y finalizan con narración tiempo y sujeto. 


[1] CONTURSI, María Eugenia  y Fabiola Ferro. La narración. Usos y teorías.  Editorial Norma. Bogotá. Pág.11

[2] Ibíd. Pág.35



RESEÑA LITERARIA: DOMÍNGUEZ GARRIDO, ANTONIO






INTRODUCCIÓN: INVESTIGACIÓN SOBRE EL TEXTO NARRATIVO CORRIENTES TEÓRICO LITERARIAS

DOMÍNGUEZ GARRIDO, ANTONIO

El autor, Garrido Domínguez,  presenta una investigación sobre el texto narrativo y la influencia de las diferentes escuelas literarias, que constituyen el punto de partida de la narrativa. Dicha  división, la separa en dos partes: El texto narrativo y las corrientes teórico- literarias y la narración y las tradiciones retórica  y poética. De esta forma se busca reconocer  el panorama histórico e ideológico de este arte de plasmar experiencias.

En la primera parte de su investigación, el autor busca explicar cómo La poética Aristotélica genera una fuerte influencia  en las diferentes escuelas literarias y en los autores hasta el siglo xx.  De manera que se reconocen los paradigmas que giran en cuanto a la narrativa, y cada uno de los elementos que hacen parte de la misma.

Para Aristóteles,  el relato va directamente relacionado con  la mimesis de acciones y de hombres, en donde el autor  aparece cómo alguien diferente de sí mismo. Dicha definición se hace evidente  en las corrientes formal-estructuralistas en Rusia y Francia, en donde  el discurso narra una serie de acontecimientos  que parten del interés humano o de su realidad. Sin embargo  para Aristóteles dicha narración  esta relacionada con el género dramático, ya que cada uno de ellos tiene como propósito contar hechos desde una variable estructural; influjo que también aparece en las ideas de Hamburger y Genette  quienes reiteran el hecho de que ambos géneros literarios  constituyen formas de ficción y verosimilitud en sentido completo.

Es entonces cuando al mantener una línea aparentemente clara de lo que se reconoce como texto narrativo, cambia en el siglo XX, donde la creación de novelas con un enfoque diferente  lleva a crear limitaciones en la definición que se propuso desde los clásicos. Por lo anterior, el autor propone un análisis de los paradigmas planteados en las corrientes   literarias con dos objetivos fundamentales: “Señalar un punto de referencia que haga  mas inteligible la comprensión de los fenómenos analizados, y en segundo lugar, poner de manifiesto lo específico de la aportación de cada corriente”[1]

Una de las primeras corrientes fueron los formalistas rusos, quienes proponen un modelo de análisis  orientado hacia la forma del relato, de manera que aíslan los procedimientos técnicos y se centran en las diferencias de los géneros narrativos, el inicio de la novela  y la estructura de la narración a partir de un motivo. Aunque dichos presupuestos fueron acogidos por los estructuralistas franceses, quienes implantan el paradigma semiótico en el estudio sobre el relato y proponen  una gramática del mismo que dé razón de todas las narraciones.

Desde el enfoque de otras corrientes como la estética de la recuperación, la lingüística del texto, la neorretorica o la teoría de los actos de habla,  buscan plantear un análisis del texto a partir del esquema comunicativo como el autor implícito y narratario. Al igual que en la pragmática, en donde se busca dar  razón de los actos de habla que se manifiestan  en lo imaginario y narrativo. Por lo que se suman una serie de estudios desde diferentes escuelas y el autor explica el auge de los estudios que nacen a partir del  congreso de Bloomington  en Francia, de Bajtin de  la unión soviética entre otros.

Por otra parte, en la segunda parte de su investigación, Garrido Domínguez,  propone el estudio de la narración, teniendo como referente la producción poética y retórica. Cada una de ellas busca en el discurso, la persuasión o placer estético. De esta forma también se estudia la vinculación del relato con el arte literario.

En este orden de ideas los formalistas analizan a partir de  la organización del material (la fábula), reconociendo la materia como lo inerte y la configuración artística como la trama y que de acuerdo con Aristóteles, se debe responder a tres criterios fundamentales: la verosimilitud (que parece verdadero y  se cree), la necesidad de causalidad y el decoro.(Quintiliano y Cicerón) Al igual que se da una mirada a la motivación de para aludir a la unidades del material y la relación que los une.

De la misma forma nace con Aristóteles  los componentes de la estructura narrativa (El narrador, la historia, los actantes etc.) y se afirma que  la narración es propia del género judicial, en donde el objeto presenta los hechos de manera que seduce al auditorio y el apodíctico presenta las acciones del personaje narradas con detalle y precisión; lo que implica que dicha  la narración debe tener brevedad, credibilidad, carácter ético, carácter patético.  Por lo que el autor señala que en la narrativa se retoma el punto de partida de la retórica y la poética, de allí que exista la narratio retórica y la narratio literaria.

La literatura y la retórica se enlazan según lo afirma el autor con la aparición de Quintiliano, en donde el autor toma una figura importante en la medida que genera una influencia sobre la narración. “El orden de los acontecimientos es impuesto por el orador-narrador, el cual manipula el material de acuerdo con la perspectiva general del discurso, valiéndose  de una serie de procedimientos: pretericiones o paralepsis, analepsis”[2]. Y  en cuanto a su estructura se interesa en el comienzo y culminación de los hechos.

La retórica  o neorretórica del siglo XX, se convierte en un recurso que permite la explicación de los textos  desde las singularidades  hasta el estudio global de los mismos. De esta forma el autor reitera el hecho de que no se puede hablar de teorías modernas de la literatura, cuando no se conoce el bagaje de los tradicionales.

[1]GARRIDO, Antonio, Texto narrativo, Editorial síntesis. España,.1996.pág.13.

[2] Ibíd. Pág.21.