lunes, 28 de mayo de 2012

(Post) literatura, mercado y espectáculo













(Post) literatura, mercado y espectáculo en la escritura de Efraím Medina Reyes

Alejandro Quin Medina.

Universidad de Michigan


El autor propone leer la obra de Efraím Medina como parte del espacio pos- literario, en el que se evidencia una contraposición entre la institución literaria con el mercado y la industria cultural. Sin embargo la obra de Medina está dentro del mercado pero presenta una crítica de los de los elementos que contiene. De esta forma introduce su texto con una pregunta a la cual trata de dar respuesta a lo largo del texto ¿es posible hablar de una literatura pos literaria?, para lo cual argumenta que aunque la pregunta muestra una cierta contradicción en la medida en que se niega la misma categoría, la literatura se concibe como una institución socio-estética configurada históricamente y que obedecer a su rigidez no permite analizar el trasfondo dentro de la obra de Medina.

Es así como el libro Erase una vez el amor pero  tuve que matarlo de Efraím Medina Reyes, se propone realizar a través de una acto dialéctico, una forma de superar la literatura y según el sacarla del lugar en el cual se encuentra. Y dichos textos emergen en un momento en el cual dicha literatura hace parte de un momento en que el mercado y el capitalismo se han apropiado de la practica discursiva

Con esto Medina Reyes no sólo está distanciándose de una concepción tradicional de la literatura sino que muestra un vínculo entre escritura, medios y mercado. Por lo que se hace necesario recapitular las formas de relación de estos vínculos desde el modernismo latinoamericano. Desde la concepción europea del arte por el arte, se dio apertura a una visión estética bajo la cual la autonomía que se despertó en el boom, permitiría un cambio no solo en el mercado sino en la profesionalización del escritor. Esta producción literaria aunque permitía la independencia de los mismos buscaba responder a un nuevo proceso de demanda que no había sido posible en años anteriores.

Debido a este impacto cultural, los escritores del Boom se convirtieron en la unión directo entre medios y literatura, eran los ejes del momento, todo el mundo los leía, los estudiaba y buscaba en ellos una serie de identificación, que salen de lo nacional y trascienden a diferentes lugares del mundo. De esta forma Efraím Median se convierte en uno de los puentes en los que la literatura y los medios son parte de la realidad y la mediación directa y que de una forma u otra enajenan el mercado y la cultura.

Un ejemplo es la generación McOndo, bajo la cual el espectáculo se traspone como real, el mercado genera una trasformación que lleva a escritores como Medina a buscar una escritura que a través de la crítica y la ironía hable de eso que es el mercado como tema y realidad. De esta forma el autor retoma algunos textos que muestran dicha dicotomía entre literatura y  mercado, y cómo en un plano de inmanencia se presenta un choque que se va a denominar pos literatura. En Psique y Melón, por ejemplo, el autor busca representar como a partir de la vida de un hombre, quien después de ser descubierto masturbándose, es rechazado por la sociedad y por su familia hasta el punto de querer suicidarse. No obstante tras las charlas con uno de sus amigos, logras que después de sus declaraciones se convierta en uno de los hombres más famosas de la ciudad y al igual que una canción exitosa, haga alarde de la fama. Su momento es uno, la fama no hace parte de la eternidad.

 Simulacro, ironía y velocidad

En la línea de lo que se constituye como posmoderno, se toman los planteamientos de Fredric Jameson quien habla de uno de los elementos más característicos en la cultura: El simulacro, el cual  va directamente ligado con el signo y cómo este ha venido teniendo cambios en cuanto su relación con su referente, el significante. Se habla entonces del simulacro como una forma de ironizar la industria cultural y la sociedad del espectáculo.

Por lo que se concluye, que los textos de Medina no están por fuera de lo que se conoce en el mercado, pero si buscan dar una visión en la que  el mercado se convierte en personaje y es capaz de transformar el interior de las narraciones. Se podría reconocer una autoconciencia del lenguaje, en el a partir de metáforas, se trata de plantear una realidad en que los medios se apropian de las nuevas formas de narración y es ahí cuando la literatura tiene que mediar con dichos cambios y tratar de crear una resistencia a partir de la sátira. Conocer la manipulación y la mediación entre la escritura y el mercado, permitan que escritos como los de Efraím Medina se conviertan en una forma de reflexión sobre el papel de la literatura en un momento en el que los medios masivos se han apropiado no solo de  las masas sino de la ignorancia política que se esconde.

domingo, 27 de mayo de 2012






Juegos de seducción y traición
Literatura y cultura de masas
De:  Ana María Amar Sánchez

De acuerdo con la postura de Ana María Amar Sánchez, es inevitable desde la literatura reconocer ciertas posturas críticas que no enmarquen de una u otra forma las diferencias de la cultura de masas. En este estudio se pretenden señalar los puntos de convergencia y lo espacios en los que dichas diferencias se hacen evidentes. No obstante, la clase baja es sinónimo de un proceso de desacreditación y desprestigio en contraste con la clase alta, bajo la cual lo popular carece de forma.
El estudio del vínculo de la literatura con los géneros y la estética de la cultura masiva, muestra que en el siglo XX las formas de reproducción técnica han llevado a la mediatización y representación a través de los diferentes medios de comunicación: La radio, la televisión, el cine, las historietas, entre otros. Aunque dicha representación muestre un choque cultural entre  dos clases, siendo la baja la que recibe adjetivos negativos o  peyorativos frente a la clase alta, quien se califica a sí misma como culta y oficial. Lo popular renace en una ciudad real, en la que prevalece el caos, la imprecisión y la oralidad.

Es así como a través de diferentes ejemplos, se busca explicar la distinción y apropiación de dichas posturas en la literatura. Roger Chartier, Carlo Ginzburg se articulan con las propuestas de Bajtin, quien puso el acento en la relación alto – bajo, en  sus ejemplos toma a Rabelais como punto de partida en la comprensión de la cultura popular desde una visión oficial, culta y perteneciente a la clase alta, busca ver la relación entre los dos tipos de discursos dentro de la literatura mostrando así una relación entre las mismas, en la medida en que se entrecruzan dichos discursos en un proceso de narración.

Además de ello, el uso, apropiación e hibridez dentro de las culturas,  se reconocen a través de los planteamientos de Martín Barbero y Canclini. El primero  analiza la comunicación como una cuestión de mediaciones y no de medios, se enfoca en el proceso de la recepción y lo popular se convierte en un espacio dinámico en el que se representa la cultura de masas. El segundo, analiza lo culto, popular y masivo como parte de una construcción cultural, y piensa que ambos polos aparecen como escenarios donde existen procesos de hibridación.

Cabe destacar dentro de esta distinción, la postura política, ya que a lo largo del siglo XX se han tejido debates en los cuales uno presenta cierta influencia de las ideas adornianas y de Benjamin. Es así como se afirma que  desde el ensayo  la industria cultural señala: “quedan sentadas las bases del enfoque acusatorio contra la cultura de masas: es engaño, repetición, semejanza e imitación y su capacidad de producir entretenimiento funciona como un mecanismo de despolitizar y generar un consumo alienado”. Bajo esta línea siguen H. Enzensberger y G. Vattimo. No obstante la verdadera respuesta a partir de las diferentes instituciones o decretos, la única salida subyace en la literatura.

A partir de esto se reconoce un crecimiento de las ciudades, el testimonio y la voz popular, se fortalecen las nuevas identidades con la “modernización de América Latina”  y aunque ante los ojos de la élite, lo popular se concibe como lo no oficial y marginal, se busca la legitimación de las masas  a través de los medios  y la literatura. Es así como desde el periodismo se inquiere una forma de comunicación, la poesía introduce la vida espiritual no dicho desde lo religioso sino desde lo patriótico, se convierte en palabra y se conecta con el iletrado a través de la oralidad, la telenovela se libera de la censura e invierte lo privado y lo público. La literatura presenta una forma de subsistencia y una mediación con los medios masivos de comunicación, que tras un paso de apropiación del género existe la posibilidad de ironizar o hablar del trasfondo político y social.

 En ese proceso de apropiación, la literatura culta ha transformado los códigos masivos y de esta forma ha encantado a un lector masivo  y flexibilizado su discurso. De esta forma La parodia y el pastiche según Frederic Jamenson. La parodia permite usa como principal recurso la ironía como forma de marcar distancia y el pastiche se convierte en una forma de disolver las jerarquías a través de la hibridación del discurso. Por tal razón muchos de los escritores hacen uso de estos elementos y se apropian del código pero no con el propósito de representar lo popular, sino que traicionan el mismo dentro de  cada uno de los géneros, es así como la seducción se convierte en el artificio para exigir una forma de reflexión y una estrategia para que el lector se cuestione frente a estas nuevas formas de creación literaria.