INTRODUCCIÓN:
INVESTIGACIÓN SOBRE EL TEXTO NARRATIVO CORRIENTES TEÓRICO LITERARIAS
DOMÍNGUEZ
GARRIDO, ANTONIO
El autor, Garrido
Domínguez, presenta una investigación
sobre el texto narrativo y la influencia de las diferentes escuelas literarias,
que constituyen el punto de partida de la narrativa. Dicha división, la separa en dos partes: El texto
narrativo y las corrientes teórico- literarias y la narración y las tradiciones
retórica y poética. De esta forma se
busca reconocer el panorama histórico e
ideológico de este arte de plasmar experiencias.
En la primera parte de su
investigación, el autor busca explicar cómo La poética Aristotélica genera una
fuerte influencia en las diferentes
escuelas literarias y en los autores hasta el siglo xx. De manera que se reconocen los paradigmas que
giran en cuanto a la narrativa, y cada uno de los elementos que hacen parte de
la misma.
Para Aristóteles, el relato va directamente relacionado
con la mimesis de acciones y de hombres,
en donde el autor aparece cómo alguien diferente
de sí mismo. Dicha definición se hace evidente
en las corrientes formal-estructuralistas en Rusia y Francia, en
donde el discurso narra una serie de
acontecimientos que parten del interés
humano o de su realidad. Sin embargo
para Aristóteles dicha narración
esta relacionada con el género dramático, ya que cada uno de ellos tiene
como propósito contar hechos desde una variable estructural; influjo que
también aparece en las ideas de Hamburger y Genette quienes reiteran el hecho de que ambos
géneros literarios constituyen formas de
ficción y verosimilitud en sentido completo.
Es entonces cuando al
mantener una línea aparentemente clara de lo que se reconoce como texto
narrativo, cambia en el siglo XX, donde la creación de novelas con un enfoque
diferente lleva a crear limitaciones en
la definición que se propuso desde los clásicos. Por lo anterior, el autor
propone un análisis de los paradigmas planteados en las corrientes literarias con dos objetivos fundamentales:
“Señalar un punto de referencia que haga
mas inteligible la comprensión de los fenómenos analizados, y en segundo
lugar, poner de manifiesto lo específico de la aportación de cada corriente”[1]
Una de las primeras
corrientes fueron los formalistas rusos, quienes proponen un modelo de
análisis orientado hacia la forma del
relato, de manera que aíslan los procedimientos técnicos y se centran en las
diferencias de los géneros narrativos, el inicio de la novela y la estructura de la narración a partir de
un motivo. Aunque dichos presupuestos fueron acogidos por los estructuralistas
franceses, quienes implantan el paradigma semiótico en el estudio sobre el
relato y proponen una gramática del
mismo que dé razón de todas las narraciones.
Desde el enfoque de otras
corrientes como la estética de la recuperación, la lingüística del texto, la
neorretorica o la teoría de los actos de habla,
buscan plantear un análisis del texto a partir del esquema comunicativo
como el autor implícito y narratario. Al igual que en la pragmática, en donde
se busca dar razón de los actos de habla
que se manifiestan en lo imaginario y
narrativo. Por lo que se suman una serie de estudios desde diferentes escuelas
y el autor explica el auge de los estudios que nacen a partir del congreso de Bloomington en Francia, de Bajtin de la unión soviética entre otros.
Por otra parte, en la
segunda parte de su investigación, Garrido Domínguez, propone el estudio de la narración, teniendo
como referente la producción poética y retórica. Cada una de ellas busca en el
discurso, la persuasión o placer estético. De esta forma también se estudia la
vinculación del relato con el arte literario.
En este orden de ideas los
formalistas analizan a partir de la
organización del material (la fábula), reconociendo la materia como lo inerte y
la configuración artística como la trama y que de acuerdo con Aristóteles, se
debe responder a tres criterios fundamentales: la verosimilitud (que parece
verdadero y se cree), la necesidad de
causalidad y el decoro.(Quintiliano y Cicerón) Al igual que se da una mirada a
la motivación de para aludir a la unidades del material y la relación que los
une.
De la misma forma nace con
Aristóteles los componentes de la
estructura narrativa (El narrador, la historia, los actantes etc.) y se afirma
que la narración es propia del género
judicial, en donde el objeto presenta los hechos de manera que seduce al
auditorio y el apodíctico presenta las acciones del personaje narradas con
detalle y precisión; lo que implica que dicha
la narración debe tener brevedad, credibilidad, carácter ético, carácter
patético. Por lo que el autor señala que
en la narrativa se retoma el punto de partida de la retórica y la poética, de
allí que exista la narratio retórica y la
narratio literaria.
La literatura y la retórica
se enlazan según lo afirma el autor con la aparición de Quintiliano, en donde
el autor toma una figura importante en la medida que genera una influencia
sobre la narración. “El orden de los acontecimientos es impuesto por el
orador-narrador, el cual manipula el material de acuerdo con la perspectiva
general del discurso, valiéndose de una
serie de procedimientos: pretericiones o paralepsis, analepsis”[2]. Y en cuanto a su estructura se interesa en el
comienzo y culminación de los hechos.
La
retórica o neorretórica del siglo XX, se
convierte en un recurso que permite la explicación de los textos desde las singularidades hasta el estudio global de los mismos. De
esta forma el autor reitera el hecho de que no se puede hablar de teorías
modernas de la literatura, cuando no se conoce el bagaje de los tradicionales.
[1]GARRIDO, Antonio, Texto
narrativo, Editorial síntesis. España,.1996.pág.13.
[2] Ibíd. Pág.21.
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